Papel en Los Simpson

Homer Simpson realiza las típicas funciones patriarcales del cabeza de familia en las telecomedias: se dedica a traer dinero a la casa y a descuidar los quehaceres domésticos a favor de los ociosos. Representa el estereotipo del estadounidense medio que se limita a ir al bar con sus amigos, beber cerveza, mirar la televisión y asistir a algún partido de béisbol. Su complexión física coincide con la de un hombre descuidado, derivada de su cultura gastronómica, pues tiene sobrepeso y roza el alcoholismo. No tiene grandes ambiciones de futuro y acostumbra a relegar sus obligaciones familiares frente a sus intereses personales o a su creciente estupidez. Homer Simpson es probablemente el personaje con más peso de todo el elenco de personajes protagonistas y suele desencadenar la gran mayoría de las tramas y eventos de los capítulos de la serie con sus intenciones o propósitos maleables y variopintos.

Homer también encarna diversos estereotipos peyorativos de la clase obrera estadounidense: es grosero, incompetente, torpe, vago, desaliñado e irreflexivo. Sus rasgos más comunes de personalidad son la estupidez, la pereza, el egoísmo y una ira explosiva. Su bajo nivel de inteligencia es descrito por el director David Silverman como «creativamente brillante en su estupidez». Homer muestra una inmensa pereza hacia el trabajo, tiene sobrepeso y «se dedica a su estómago».

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